top of page

Visión Binocular

Normalmente en las revisiones visuales se valora únicamente la refracción del ojo (graduación), pero existen problemas que no se solucionan sólo con gafas.

Para saber que solución darle a cada paciente es necesario realizar una exploración funcional completa de la visión, en la que se evalúan las características de funcionamiento del sistema visual de manera analítica, es decir, se estudia por separado cada uno de los procesos y sus interacciones, y se comparan los valores obtenidos con los valores estándar esperados para cada paciente. También se debe tener en cuenta la sintomatología del paciente y las necesidades visuales que éste presenta.

Para llegar a un diagnóstico y valorar cual es la solución más adecuada a cada paciente realizaremos una anamnesis exhaustiva en la que se conocerán los motivos que le han llevado a venir a consulta, la sintomatología, las necesidades y los objetivos de cada paciente, los hábitos, la historia ocular, la historia médica y los antecedentes familiares

Valoraremos la agudeza visual en el estado habitual (sin gafas/con gafas) y en monocular y binocular tanto para visión lejana como para visión próxima. Con esta prueba conocemos la cantidad de visión. Esto es importante porque después compararemos estos resultados con la prueba de sensibilidad al contraste en la que valoraremos la calidad de visión. Es importante tener cantidad pero también calidad.

Para valorar el sistema motor realizamos un Cover Test tanto en visión lejana como cercana, con corrección y sin corrección para comprobar que no existan desviaciones manifiestas y/o latentes en los ejes visuales que puedan producirnos síntomas astenópicos como continuos dolores de cabeza, dolor ocular…etc.

Otra de las pruebas importantes para saber si el sistema motor está funcionando correctamente es la prueba de motilidad ocular en la que valoramos como están trabajando los músculos que componen nuestro globo ocular. Estos movimientos tienen que ser suaves precisos, extensos y completos. Se valoran dos tipos: los movimientos de fijación o seguimiento en los que la fijación tiene que ser muy rápida y precisa ya que las personas estamos en constante movimiento al igual que los objetos que miramos, y los movimientos sacádicos que son movimientos rápidos e intermitentes que realizan los ojos para poder seguir la línea y para que la palabra que queremos leer quede enfocada en la fóvea.

Valoramos también la respuesta pupilar con la que podremos descartar posibles problemas neurológicos. Las pupilas tienen que ser de igual tamaño y tienen que reaccionar a la luz y a la oscuridad.

Una vez realizadas estas pruebas preliminares realizamos una queratometría para conocer la curvatura de los radios corneales. Antes de pasar a las pruebas complementarias en las que valoramos el sistema sensorial y como está integrado con el sistema motor, realizamos dos pruebas de refracción objetiva, una con el autorefractómetro que nos indicará si existen posibles errores refractivos (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo) y otra con el retinoscopio para afianzar las sospechas que tengamos con el autorefractómetro.

La siguiente refracción que realizamos es la refracción subjetiva con gafa de prueba en la que comprobaremos que el paciente esté cómodo con la refracción objetiva y tenga una agudeza visual de mínimo el 100%.

Una vez tengamos la refracción final en el caso de que exista un error refractivo, valoramos el sistema sensorial.

La primera prueba que realizamos es el test de Worth con el que sabremos si están los dos ojos trabajando de forma conjunta, si están integrando la información que será procesada en el cerebro, si uno de los ojos está suprimiendo información o si tienen una visión alternante en la que la integración y la fijación no están siendo estables.

Con la prueba del Punto Próximo de Convergencia conoceremos como los ojos realizan otro tipo de movimiento que es el de convergencia (movimiento para poder enfocar objetos en visión cercana), y como ser realiza este movimiento frente a un estímulo acomodativo pudiendo valorar así, tanto convergencia como acomodación.

Con la siguiente prueba valoramos la amplitud de acomodación, es decir, la máxima capacidad del ojo para poder enfocar. Muy importante en pacientes jóvenes porque realizan tareas que requieren que esta capacidad esté en perfectas condiciones.

A continuación valoramos las acomodaciones relativas positivas y negativas que nos aportan información sobre el grado de colaboración entre el sistema acomodativo y binocular. Ambos sistemas deben estar en sintonía que no existan excesos ni insuficiencias acomodativas que puedan presentar sintomatología astenópica.

Medimos también las vergencias fusionales que miden la capacidad de converger o diverger sin variar la acomodación. La convergencia y la divergencia son los movimientos de los ojos que se producen a la vez en direcciones opuestas. Si este mecanismo de vergencias fusionales funciona correctamente y tiene buenas reservas, evitaremos desajustes que podrían llegar a producir diplopía o visión doble.

Para valorar la habilidad del sistema acomodativo utilizaremos flippers. Nos ayudarán a conocer la flexibilidad acomodativa, es decir, la capacidad de cambiar de un nivel de estímulo a otro. Es muy importante para las tareas que realizan los niños en clase de copiar del encerado a la libreta por ejemplo.

Por último valoramos la estereopsis, que es la visión en 3 dimensiones necesaria para ver en profundidad que nos permite calcular con exactitud las distancias entre objetos, y la visión al color con la que veremos si existe algún tipo de anomalía o deficiencia al percibir los colores.

Con toda esta batería de pruebas estudiaremos los resultados y veremos posibles conexiones entre ellas llegando así a un diagnóstico y pudiendo buscar la solución al problema que se presente.


© 2015 by Leticia Vila

bottom of page