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Glaucoma

El GLAUCOMA es, a nivel ocular, una patología muy importante porque es la 2ª causa de ceguera en el mundo.

Para poder entenderlo primero debemos conocer cómo funciona el ojo. El siguiente esquema nos facilitará la localización de las partes más importantes.

Nuestro ojo, como se aprecia en el esquema, se divide en dos partes: segemento anterior y segmento posterior.

En la parte, segmento o polo anterior se encuentran:

La córnea: parte frontal transparente que cubre el iris, la pupila y la cámara anterior. Es la responsable de las 2/3 partes de la potencia total del ojo (42 D aprox.). Junto con el cristalino y la cámara anterior refracta la luz. Además de ser una lente es el tejido con más densidad de terminaciones nerviosas del cuerpo humano, es decir, es el tejido más inervado de nuestro cuerpo.

El iris: es la parte de color del ojo, se contrae y se dilata dependiendo de las condiciones lumínicas.

El cristalino: es una lente biconvexa situada tras el iris y delante del humor vítreo (HV). Su función es enfocar los objetos situados a diferentes distancias mediante un aumento o disminución funcional de su curvatura y espesor. Esta acción se conoce como ACOMODACIÓN. Su alta concentración en proteínas le confiere un índice de refracción (n) mayor que los fluidos que lo rodean. Gracias a ello es capaz de refractar la luz ayudando a la córnea a formar las imágenes sobre la retina.

Las fibras nerviosas de la retina son las encargadas de llevar la luz y las imágenes al cerebro por medio del nervio óptico (NO).

En los procesos ciliares del cuerpo ciliar se produce un líquido transparente, que rellena la parte anterior del ojo denominado humor acuoso (HA). Entre sus funciones se encuentra la de nutrir al y oxigenar a la córnea y al cristalino, estructuras que en la edad adulta carecen de aporte sanguíneo.

El humor acuoso circula a través de la pupila hacia la cámara anterior y se drena por tres vías diferentes:

- Vía trabecular (convencional): responsable de drenar el 90% del HA que atraviesa la malla trabecular y el canal de Schlemm antes de drenar al sistema venoso.

-Vía uveoescleral (no convencional): se ocupa del 10% restante del drenaje.

- Una pequeña cantidad también se drena a través del iris.

La tasa normal de producción son unos 2-2.5 microlitros por minuto. Clínicamente el HA es importante porque el balance entre su producción y su drenaje van a condicionar la presión interna del ojo o presión intraocular (PIO).

https://cienciaaldia.wordpress.com/2012/03/12/diainternacional-del-glaucoma/

Generalmente el aumento de la presión intraocular (PIO) se debe a un aumento de la resistencia al drenaje del HA. Este aumento de presión en el globo ocular puede condicionar el desarrollo de la patología conocida como GLAUCOMA, pero no necesariamente un aumento de PIO conlleva a la existencia de esta enfermedad.

La distribución de la PIO en la población en general tiene un rango de oscilación entre 11 y 21 milímetros de mercurio (mmHg). Pero no hay un punto absoluto de corte, algunos pacientes sufren la lesión glaucomatosa con tensiones inferiores a 21mmHg (glaucoma de tensión normal), mientras que otros permanecen indemnes con PIO de 30mmHg (hipertensión intraocular).

El momento en el que se mide la PIO varía sus valores siendo más altos y menos fiables hacia el final de la tarde. Lo ideal es obtener varias determinaciones en diferentes momentos del día.

¿Quién puede sufrir glaucoma?

Cualquier persona incluidos los bebés. Pero existen grupos de riesgo que tienen mayor posibilidad de padecerlo. Son:

- Mayores de 60 años.

- Herencia genética: personas con familiares que lo padecen o lo han padecido. En este caso es recomendable revisiones anuales a partir de los 35 años.

- Personas con descendencia afroamericana

- Miopías

- Diabetes

-Usuarios habituales de esteroides.

Imagen: Jacobo Vila Fotografía (@JacoboVila)

¿Qué síntomas se pueden notar?

El glaucoma en su forma más común es una patología asintomática al principio, es decir, no se notan los síntomas hasta que la enfermedad está más avanzada. Por ello es tan importante detectarla a tiempo.

Al comienzo de la enfermedad la agudeza visual permanece normal y no hay dolor. A medida que avanza se va notando una pérdida de visión lateral y, en etapas tardías si no se trata, el campo visual se va reduciendo perdiendo no sólo visión lateral si no también central, llegando incluso a la ceguera. En las variedades menos frecuentes de glaucoma, los síntomas pueden ser más severos e incluyen:

- Visión borrosa, dolor de ojos y dolor de cabeza.

- Náuseas/ vómitos.

- Aparición de halos.

- Pérdida repentina de visión.

¿Qué tipos de glaucoma existen?

Existen varias formas de glaucoma:

- Glaucoma de ángulo abierto: es la forma más común y se caracteriza por un progresivo daño al nervio óptico. En este caso el factor de riesgo más importante es la alta PIO. Inicialmente no existen síntomas, pero la PIO va aumentando hasta llegar a dañar el nervio óptico. Éste se deteriora y se va perdiendo visión periférica. Si no se trata el pronóstico no es bueno, la persona puede llegar a quedarse totalmente ciega.

- Glaucoma de ángulo cerrado: esta forma de glaucoma es una emergencia médica y, como tal, debe ser tratada de inmediato porque se podría llegar a la ceguera en un par de días. En este caso el glaucoma se forma de repente esto sucede al bloquearse el flujo normal del HA, el iris y el cristalino. Los síntomas incluyen dolor severo, náuseas, vómitos, visión borrosa y hasta ver un halo del arco iris alrededor de las luces.

Por otra parte, el glaucoma crónico de ángulo cerrado progresa más lentamente y los síntomas son más similares a los del glaucoma de ángulo abierto.

- Glaucoma de tensión normal o baja tensión: como su nombre indica es el tipo de glaucoma en el que, a pesar de tener la tensión del ojo normal, se produce un daño al nervio óptico. Existen casos en los que la disminución de la tensión a través de la medicación frena el progreso de la enfermedad. Para este tipo de glaucoma se necesita un historial médico detallado, ya que una baja tensión arterial es un factor de riesgo que debemos tener en cuenta.

- Glaucoma congénito: afecta a bebés que nacen con una imposibilidad para drenar de forma normal el HA.

- Glaucoma secundario: puede ser de ángulo abierto o de ángulo cerrado. Es el resultado de alguna otra condición médica ocular o sistémica. Dentro del glaucoma secundario se incluyen:

Glaucoma pigmentario: es una forma rara en el que los gránulos del pigmento del iris se escaman dentro del HA y obstruyen la malla trabecular (sistema de drenaje del ojo).

Glaucoma neovascular: se produce por un crecimiento anormal de los vasos sanguíneos del ojo. Se bloquean los canales de drenaje del HA, lo que provoca un aumento de PIO. El crecimiento de los vasos se produce por un aporte bajo de sangre al ojo, que puede ser debido a que existan arterias bloqueadas en el cuello, a pacientes diabéticos o que exista un bloqueo de los vasos sanguíneos en la parte posterior del ojo.

Síndrome de pseudoexfoliación: se produce por una descamación de las capas externas del cristalino que bloquean el flujo normal del HA.

Glaucoma traumático: causado por alguna lesión en el ojo.

Síndrome iridocorneal-endotelial: es una ruptura de las células endoteliales de la córnea que bloquean los canales de drenaje del ojo produciendo el consiguiente aumento de PIO.

¿Cómo detectamos el glaucoma?

Es muy importante detectar a tiempo el glaucoma, el tratamiento inmediato en la primera etapa retrasa el progreso de esta enfermedad que suele ser muy silenciosa; no provoca síntomas y cuando se detecta ya es tarde.

Según la Asociación Visión y Vida el 80% de los casos de glaucoma se podría haber evitado con exámenes periódicos que incluyan:

- Prueba de agudeza visual.

- Campimetría (medición y exploración de la extensión del campo visual).

- Fondo de ojo.

- Tonometría (medición de la PIO).

- Paquimetría (mide la densidad de la córnea).

¿Qué tratamientos existen?

En las primeras fases se utilizarán gotas o pastillas. Cuando la enfermedad está avanzada se valoraría recurrir a la cirugía.

Es muy importante CUMPLIR las recomendaciones del especialista y acudir a las revisiones anuales o de inmediato si se nota algún síntoma.

Imagen: Jacobo Vila Fotografía (@JacoboVila)


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