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Síndrome de Ojo Seco

El Síndrome de Ojo Seco (SOS) es un trastorno multifactorial de la lágrima y la superficie ocular, relacionado con el estilo de vida y el entorno del paciente. Se diagnostica en las consultas de optometría y oftalmología a personas, en su mayoría, de mediana edad. Es una enfermedad que, en principio, no es grave pero es crónica y produce gran disconfort ocular.

La lágrima está compuesta por tres capas: acuosa, mucínica y lipídica. Son necesarias las tres en la cantidad y en la calidad necesarias para que no se produzcan síntomas de sequedad ocular. Existe un equilibrio de sus capas, adecuado para bañar la superficie ocular. Cualquier cambio en esas capas o bien un déficit de las mismas puede producir ojo seco.

La inestabilidad del film lagrimal provoca un daño potencial de la superficie ocular.

El SOS está acompañado por un aumento de la osmolaridad de la película lagrimal e inflamación de la superficie ocular.

Según un estudio de 2007 (DEWS, 2007) a menudo está relacionado con una disminución de la producción de lágrima o un aumento de la evaporación lagrimal.

La sintomatología abarca desde problemas visuales (visión borrosa), ardor, picazón, enrojecimiento, sensanción de arenilla o abrasiva en los ojos, hasta sensibilidad a la luz.

Un signo que suele confundir a los pacientes es que un ojo seco suele ser un ojo que "llora", término contrario a la palabra que define este síndrome. Esto ocurre porque el ojo cuando detecta un agente agresor (aire, cuerpos extraños etc.) se defiende produciendo más lágrima, si ésta es ineficaz por alteraciones cualitativas, se segregará más lágrima para intentar compensar, llegando así a la situación de ojo seco y lagrimeo.

Respecto al uso de lentes de contacto (LC), éstas pueden provocar cambios en la superficie ocular y la película lagrimal que pueden variar el valor de las pruebas que se realizan en la detección del SOS. Por ello, es conveniente no utilizar LC el día que se vayan a realizar dichas pruebas.

Por otra parte, estudios científicos actuales (M Fons et al., 2016) concluyeron que no se encuentran indicios de que el porte de LC tenga una mayor incidencia en el SOS.

Los cambios hormonales, como los de la menopausia, son la causa principal del SOS. Por lo tanto, son las mujeres las más afectadas por esta condición.

Otros motivos que pueden provocar evaporación lagrimal son la exposición a clima seco y con viento, ambientes de humo y aire acondicionado o exposición al sol.

También son causas del SOS la edad, las quemaduras químicas, uso de medicamentos (antihistamínicos, sedantes, anticonceptivos...etc.), enfermedades que afectan a mucosas, patologías palpebrales como la blefaritis...etc. El trastorno autoinmunitario conocido como Síndrome de Sjögren también es una causa de ojo seco. En este trastorno las glándulas que producen l as lágrimas son destruídas.

Para una correcta detección del SOS, es importantísimo realizar una anamnesis exhaustiva en la que se establezcan las causas del problema; conversar con el paciente sobre sus hábitos, los síntomas subjetivos que padece, el grado y la frecuencia de las molestias, conocer su estado general, sus enfermedades sistémicas ( diabetes, artritis reumatoide...etc.) asociadas con el ojo seco. Durante esta charla el optometrista observará cuántas veces parpadea (un valor normal está en torno a 15 parpadeos por minuto) y si produce el cierre total del párpado.

Todas las respuestas de la anamnesis se registrarán de manera formal, lo que nos ayudará a tener un control de cómo avanza el trastorno.

Algunos ejemplos de los cuestionarios que se podrían utilizar para la detección y que están reconocidos por la comunidad científica son el test McMonnies, OSDI, DEQ-5, SPEED.

A continuación se realizaría una evaluación de los signos mediante pruebas de diagnóstico con técnicas no invasivas. En la exploración se sugiere un orden lógico para evitar que una prueba contamiente el resultado de la siguiente.

1. Toma de agudeza visual. Es uno de los parámetros que se ve afectado cuando hay ojo seco.

2. Estimación de la altura del menisco lagrimal inferior. Se realiza con la lámpara de hendidura y se valora el volumen de secreción basal. Valores normales etarían entre 0,2 y 0,4 mm (Shen M et al., 2009).

3. Evaluación de pestañas y párpados mediante exploración visual. Prestar atención a la presencia de descamaciones en la base de las pestañas, observar la regularidad el borde o margen palpebral y valorar la posible presencia de vasos. Lo normal es que el borde sea regular, no esté engrosado y no haya presencia de vasos.

4. Evaluación de la integridad en conjuntiva (una rápida evaporación puede provocar enrojecimiento conjuntival) y córnea.

Con equipamiento adicional como un osmómetro, podríamos medir la osmolaridad; con un queratómetro o autorefractómetro, observaríamos el tiempo de rotura de las miras; ambos parámetros nos indicarían la calidad del film lagrimal.

La utilización de un interferómetro y la lámpara de hendidura nos ayudaría a medir el tiempo de ruptura no invasivo (NIBUT) y a mejorar el estudio de la capa lipídica.

Las técnicas invasivas pueden provocar un reflejo lagrimal excesivo y alterar los resultados pero existen pruebas que están aceptadas y que nos ayudan a evaluar el estado de la córnea y el film lagrimal.

1. Evaluación de la conjuntiva y córnea con fluoresceína y lámpara de hendidura con filtro azul. Se debe analizar el BUT según el valor de fluoresceína instilado. La tinción corneal suele estar asociada a sequedad ocular cuando se presenta en el cuadrante inferior. En este caso se debería a un escaso parpadeo, incompleto o una obstrucción de las glándulas de Meibomio. Otro motivo podría ser lagoftalmos nocturno (dormir con los ojos entreabiertos), aunque en este caso la tinción posiblemente se extendería a zonas conjuntivales en forma de banda.

2. Evaluación de la integridad conjuntival mediante la aplicación de verde lisamina. El verde lisamina es un colorante específico para el tejido conjuntival. Resulta muy útil para evaluar la tinción de la conjuntiva bulbar y del bord interno del párpado.

Otros test serían el hilo rojo de fenol y el test de Shirmer.

Debemos tener en cuenta que:

- Si aparece punteado en la córnea y conjuntiva es un indicativo de que la integridad del tejido está comprometida y que están presentes mediadores inflamatorios.

- La extensión del punteado y su localización nos da información sobre la gravedad y la causa del trastorno del ojo seco.

La utilización de lágrimas artificiales se recomienda como complemento a cualquier tratamiento sea cual sea el grado de sequedad ocular (episódica, crónica, recalcitrante). Existen gotas humectantes con y sin conservantes. En caso de que su uso se requiera durante más de cuatro veces al día, es aconsejable utilizar lágrimas sin conservantes. Además, hay que tener especial cuidado porque hay personas sensibles a los conservantes.

Se recomienda utilizar productos que alivien y minimizen los síntomas. Es lo más importante ya que en muchas ocasiones la sensación de molestia subjetiva del paciente es muy superior a los signos clínicos.

Es importante aplicar las gotas humectantes correctamente y asegurarte que la fecha de caducidad no ha vencido. Si eres descuidado lo ideal es que utilices envases monodosis.

1. Lava tus manos.

2. Inclina la cabeza mirando hacia arriba.

3. Baja suavemente el párpado inferior.

4. Deja caer las gotas en el tus ojos de modo que caigan en el borde inferior y nunca sobre la córnea. Para evitar transferir bacterias debes cuidar que la punta del gotero no toque tus pestañas.

5. Pestañea suavemente para que las gotas se esparzan por toda la superficie ocular.

En las ópticas existe una amplia variedad de marcas disponibles adecuadas para pacientes episódicos con sequedad leve y también con sequedad más severa (sin conservantes).

*Todas las imágenes excepto la primera han sido cogidas de google.


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